Abrir una caja de lata de bombones es una maravilla, casi un ritual mágico. La sensación es la de abrir un precioso cofre: con solo una mirada, uno intenta abarcar todo lo que se le ofrece. Se coge un bombón y se cierra el envase. Esa hermosa tapa metálica también mantiene nuestra expectación.
Para el sector alimentario, ya hemos desarrollado una amplia gama de cajas de lata de distintos tamaños y formas (ovaladas, rectangulares, cuadradas) para contener galletas, bombones e infusiones. En este sentido la personalización de la tapa con relieves es muy apreciada.